¿Qué compran realmente los clientes?

 

Cuando compramos, nos gusta pensar que nuestras decisiones son lógicas y racionales, pero en realidad rara vez lo son.

La mayoría de las veces nuestras compras están influenciadas por nuestras emociones.

Los clientes no compran una crema para el rostro, compran confianza en sí mismos

No compran un Volvo, compran seguridad

No compran una cartera Louis Vuitton, compran estatus

No compran un Latte en Starbucks, compran un lugar en el que se reconocen productivos y modernos

Compramos experiencia

La idea clave es que no compramos cosas, compramos cómo esas cosas nos hacen sentir. Estamos comprando una experiencia. Por eso, nuestro enfoque en las ventas debe ser comprender y satisfacer esas necesidades emocionales profundas.

El factor emocional de un producto o servicio es lo que realmente estamos vendiendo, más allá de las especificaciones técnicas. Las marcas exitosas son aquellas que entienden esto y se centran en cómo sus productos pueden hacer que nos sintamos mejor. En lugar de simplemente hablar sobre las características técnicas, estas marcas se centran en cómo el producto puede mejorar nuestra vida y hacernos sentir bien con nosotros mismos.

Entonces, en el mundo de las ventas y el marketing, es esencial tener en cuenta cómo las emociones influyen en nuestras decisiones de compra. Al comprender y apelar a nuestras emociones, las empresas pueden construir relaciones más sólidas y tener éxito en el mercado. En última instancia, el secreto para vender no está tanto en el producto en sí como en la experiencia emocional que ofrece a nosotros, los clientes.

¿Tienes claro lo que vendes y cómo lo estás comunicando?


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