El color de tu marca no significa nada

 

¿Qué significa rojo fuego? ¿O amarillo sol? ¿Qué tal el verde aquamarina? ¿Azul Le Corbusier?

¿Qué significado tiene el color de tu marca?… Sin contexto visual, ninguno. 

Hay tanta información acerca del color en las marcas que podemos llegar a pensar que ponerle un color u otro a nuestra identidad puede dotarle un significado preestablecido específico, esto es relativo.

Si buscas en google el significado del color Rojo, encontrarás ira y peligro, calidez, temperatura, izquierda política, pasión, hambre… Son muchos sentimientos encontrados para un color, ¿no es así?

Y así podemos seguir explorando significados de colores, encasillándolos en conceptos para aplicar en nuestro branding, que si el verde es prosperidad, dinero y naturaleza o que si el amarillo es el sol, la felicidad y el optimismo…

Por ejemplo, un camión de basura amarillo no necesariamente refiere felicidad u optimismo, así como el rojo de CocaCola no significa ira o peligro.

El contexto importa

Una paleta de colores proporciona un tono visual para la marca, esa "sensación" que se desea expresar visualmente. 

Cuando entre el 62 y el 90 % de la decisión de un público objetivo se basa solo en el color, es importante seleccionar los colores en función de la percepción que desea crear. Entonces, si la paleta ayuda a establecer ese tono, debemos comprender cómo perciben los consumidores los colores según su personalidad.

La psicología del color no es una ciencia exacta inclusive es necesario considerar que los colores no significan lo mismo en todo el mundo, definir colores para la marca requiere mezclar percepciones y experiencias culturales.

Afortunadamente, no es necesario un estudio científico sobre el color para usarlo en la marca. Sabemos, por nuestras experiencias individuales, que las audiencias objetivo están influenciadas por el color. Por ejemplo la tendencia de las gamas verdes y azules asociadas a servicios de salud.

Entonces en lugar de buscar “recetas” de color para dotar significado para la marca, usemos expectativas conocidas sobre el publico objetivo para dar forma y crear la percepción que deseamos. 

Se trata menos del color en sí mismo y más del contexto de su posicionamiento y su público objetivo. 

Algunas marcas han cambiado el guión y han salido de los conceptos preestablecidos para la construcción de su personalidad

Hermès: Una marca de lujo con un naranja audaz, muy alejado del significado infantil o de tienda de herramientas.

Thomas Pink: ¿Sería el rosa la elección esperada para la ropa masculina? Tal vez no, pero establece un diferencial destacado

Spotify: Un verde que nada tiene que ver con naturaleza, prosperidad o vegano.

Milka y Zelle: ¿Porque una marca de Chocolates y un sistema de transacciones financieras usan púrpura?

Definir el esquema de color de la marca será clave en los activos de marketing, ya que garantizará que se usen de manera consistente en todos los puntos de contacto, dotando de coherencia para que sea reconocible y recordada.

El color de la marca no se puede decidir fuera de su contexto visual. Un color no es un “concepto” por sí mismo.

¿Qué quieres comunicar con el color de tu marca?

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