10 conceptos erróneos sobre la marca
Es común que existan confusiones acerca de los términos de Branding
En este artículo nos centramos en algunos de los conceptos erróneos más comunes que impiden que las personas aprovechen los beneficios de la marca.
1. Branding NO es lo mismo que un logo
Hemos escuchado a varios clientes potenciales decir: "Necesito que me hagan mi marca, ¿pueden diseñarme un logo?" Muchos sitios web afirman que crean marcas cuando lo único que hacen es generar logotipos, tarjetas de presentación o elementos de diseño similares, por lo que no sorprende que la gente se sienta confundida por esto.
Sin embargo, el diseño de logotipos es solo una pequeña parte de la compleja tarea que implica la creación de una marca sólida; es importante, pero representa solo la punta del iceberg.
2. La marca NO es solo cómo se ven las cosas
Aunque la identidad visual y el diseño estético de una marca son elementos cruciales en una estrategia de creación de marca efectiva, incluso los diseños más atractivos no pueden remediar los problemas causados por una mala experiencia del cliente o una empresa desorganizada. La marca trasciende su aspecto visual y desempeña un papel fundamental en diversos aspectos de la organización, desde la gestión hasta las comunicaciones.
La marca aporta claridad y dirección, pero su efectividad se ve limitada si no se cuentan con los otros ingredientes esenciales para gestionar un negocio de manera sostenible.
3. Branding NO es lo mismo que publicidad
No es sin razón que se asocie el branding con la publicidad. En el pasado, las gigantes agencias de publicidad eran las encargadas de los proyectos de branding, pero desde entonces, el branding ha evolucionado considerablemente. En la actualidad, se necesita experiencia especializada para forjar marcas, y esto implica un proceso que difiere notablemente de la publicidad.
Mientras que la publicidad tiende a concentrarse en objetivos a corto plazo, como impulsar las ventas de un producto en un periodo específico, la creación de marca es una empresa a largo plazo. La marca abarca mucho más, se infiltra en prácticamente todos los rincones de un negocio, mientras que la publicidad se enfoca en un aspecto particular, como la calidad o el precio del producto. La publicidad tiene como objetivo persuadir a la audiencia para que adquiera la marca.
4. Branding NO es lo mismo que marketing
El trío de marketing, publicidad y marca está interconectado, pero en comparación con la marca, el marketing y la publicidad proporcionan objetivos más específicos y resultados mensurables. Mientras que la publicidad se centra en hacer que la gente compre, el marketing es un aliado más natural para la marca, porque se ocupa de fomentar las relaciones entre las marcas y sus audiencias. Las comunicaciones de marketing desempeñan un papel clave en la construcción del reconocimiento de la marca y su eficacia está influenciada por lo bien definida que esté la identidad de la marca.
5. El branding NO es sólo para grandes empresas
A menudo, las marcas que acaparan la atención suelen ser las grandes corporaciones globales, lo que puede llevar a la errónea percepción de que el branding es un terreno exclusivo de las grandes empresas. No obstante, esta suposición dista mucho de la realidad. Una evaluación más precisa revelaría que las grandes empresas aprovechan eficazmente una sólida estrategia de marca para expandirse y mantener su presencia en el mercado.
Los mismos principios de branding son aplicables tanto a las empresas grandes como a las pequeñas; la única distinción radica en que la gestión de una marca se vuelve más compleja a medida que crece la organización. Incluso con un presupuesto modesto, las empresas más pequeñas pueden lograr hazañas significativas en el ámbito del branding.
6. La marca SÍ agrega valor
Cuando nos planteamos los costos de un proyecto de branding, surge una pregunta crucial: ¿qué valor aporta el branding a mi negocio? Muchas personas asumen que, sin un retorno financiero inmediato y evidente de la inversión, la marca no aporta un valor real a su organización. No obstante, a menudo pasan por alto un hecho de vital importancia: una marca sólida constituye un activo inestimable.
Este valor se integra en el negocio al otorgarle protección a través de un sistema de identidad visual que puede registrarse, licenciarse o incluso venderse.
Adicionalmente, una marca diseñada con meticulosidad tiene el potencial de dar vitalidad a la empresa, haciéndola más atractiva tanto para los inversores como para el talento nuevo que busca unirse a sus filas.
7. La marca SÍ afecta las ventas
Las actividades de publicidad y marketing se centran más en cuestiones claramente definidas y, por tanto, ofrecen resultados más específicos. Si deseas vender 5000 artículos más, prueba primero con un impulso de marketing o publicidad. Si deseas que las personas que compraron esos productos vuelvan a comprarte y no a tu competencia, genera lealtad a la marca. El impacto directo de la marca en el desempeño de las ventas es más difícil de cuantificar, porque se manifiesta en características intangibles como una mayor confianza y una mayor calidad percibida.
8. El branding NO debería esperar
¿Cuándo crees que es el momento adecuado para contar con la ayuda de un especialista en branding? ¿Deberías esperar hasta tener éxito o hasta que las cosas empiecen a ir mal? Hemos visto cómo las organizaciones dejan de lado la marca por muchas razones equivocadas. La marca debe estar presente cuando presiones el botón de inicio de su negocio y luego adaptarse a sus necesidades y crecer con tus exigencias.
9. El branding NO está impulsado por las tendencias
Navegar entre la competencia puede ser una tarea desalentadora y puede engañar al líder empresarial más concentrado para que busque enfoques para la marca de su empresa porque están de moda en ese momento. Una buena marca es duradera: este es uno de nuestros principios rectores. Las tendencias cambian, pero cuando creas tu marca, debes basarla en una visión con visión de futuro y crearla siguiendo principios de diseño atemporales. Los cambios frecuentes proyectan inseguridad y confusión en su audiencia.
Las marcas más exitosas se mantienen fieles a sus valores fundamentales y no cambian los elementos centrales de su identidad visual cuando sopla el viento.
10. La marca NO es una mercancía
No mucha gente diría que ve la marca como una mercancía, pero existe una tendencia a tratarla de esa manera. Esta idea errónea es validada por muchas empresas que afirman ofrecer marcas a precios inviablemente baratos, a menudo combinados con la promesa de cantidades de compensación poco realistas. Esto no sólo debilita a las empresas que ofrecen experiencia genuina: también proyecta una imagen de que la marca es solo un producto que puedes comprar en el mercado o suscribirte y del que no tendrás que preocuparte nunca más. Los servicios de branding deben adaptarse a las necesidades de su negocio y ofrecer soluciones únicas para abordar sus desafíos específicos.